Intervistas : Itinerario de un australiano mundializado

La vida de James Arkavanitakis dió un vuelco hace algunos años. Este banquero australiano era rico. Su trabajo: operador de bolsa, la aristocracia de las finanzas. Iba en Mercedes, y en las antípodas, la marca de la estrella es aún más cara que en Europa. Un día, James decide tomarse unas vacaciones y se va a Bolivia. "Allí, descubrí que chiquillos de diez o doce años bajaban a trabajar a las minas de hierro y aluminio. Su esperanza de vida no supera los veinticinco años: sus pulmones no aguantan". Y por si fuera poco, James descubre que el aluminio boliviano se exporta a Alemania, para ser utilizado en la industria automovilística. El operador australiano no podía utilizar más el Mercedes.
"Por culpa de mis antojos, en Bolivia había niños que morían. No podemos ignorar por más tiempo este tipo de cosas hoy en día". Por eso, decide dejar su trabajo. "Hoy, mi principal actividad es la militancia en el seno de la organización australiana Aid Watch", explica. Sus ingresos han disminuido un 80% pero James es, sin duda, más feliz hoy que hace algunos años… Es Doctor en filosofía y economía y ha escrito dos libros, en uno trata sobre el movimiento antimundialización y en el otro desarrolla su visión de los modelos económicos alternativos.
James ha venido a Lille para encontrarse con otros militantes, "para establecer contactos y construir una red". El lunes toma un avión para Sidney, ciudad en la que continuará la lucha para él.