La Asamblea cada dia

12/05/01

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Asamblea > Medios de comunicación > 05 de diciembre del 2001

La Asamblea, laboratorio de una democracia mundial que está por inventar

La Asamblea mundial es, asimismo, el laboratorio de una democracia mundial que nunca ha tenido precedentes.
¿Cómo conseguir que 400 personas intercambien puntos de vista en torno a temas tan sensibles como el desarrollo, la mundialización, el comercio o los medios de comunicación?
¿Cómo hablar del liberalismo entre quienes lo combaten y quienes han luchado contra los dirigismos?
¿Cómo intercambiar puntos vista sobre el medio ambiente entre quienes consumen en exceso y aquellos que deben luchar contra la pobreza antes de poder ocuparse de estrategias de carácter público?
¿Cómo conseguir que entren en comunicación los que exigen un derecho sin límites para los medios de comunicación y los que sufren a causa de las imágenes negativas que se asocian sistemáticamente a sus países?
Las preguntas se podrían multiplicar hasta el infinito. El miércoles, los talleres correspondientes a la tercera jornada pusieron de manifiesto la dificultad de establecer un diálogo intercultural y multilingüe. Cuando los participantes se reunieron en grupos socioprofesionales, la consecución de un acuerdo, aunque sólo fuera rudimentario, pareció fácil. Así, a pesar de las diferencias, los universitarios por un lado, las autoridades políticas por otro, los sindicalistas, los periodistas encontraron un idioma común, o al menos, convergencias de interés.
El miércoles, cambio de decorado. El ordenador de la FPH sacó de las fichas de cartografía una serie de 17 temas para ser debatidos. El método es complejo. El mismo está explicado en otro documento de este periódico en línea. Esta idea consiste en utilizar el ordenador para enlazar las innumerables propuestas, entrecruzarlas y plantear, así, temas en torno a los cuales giran los diferentes puntos de preocupación. La apuesta es osada. La Asamblea está ahí para verificar que este proceso está justificado.

La cartografía permitió determinar 17 talleres: ética, diversidad, enseñanza, medios de comunicación, producción y consumo, solidaridad, derechos, gobernanza, transparencia, Estado, mundialización, etc.…
Apuesta. En torno al tema de los medios de comunicación todos tienen la palabra: el periodista aunque también la autoridad local, o el personal docente. Sobre el tema de la producción, el campesino tiene tanto que decir como el empresario. Por lo que respecta a la diversidad cultural, las mujeres tienen la palabra junto al personal docente, y así sucesivamente.
Ahí reside la riqueza del proceso y también la complejidad del mismo. El debate del miércoles comienza con un lento y largo acercamiento. Los participantes se presentan, se explican, justifican la presencia de cada uno en el taller y los objetivos que defienden.
Las divergencias aparecen. Evidentes. Sobre la cultura y la identidad cultural, poner en la misma longitud de onda al que habla de desarrollo y al que habla de arte no resulta fácil. Los ejemplos no faltan. La pedagogía, innovadora, de las cartografías no basta. Es preciso recurrir a los métodos tradicionales de debate: grupos reducidos, cronometraje de las intervenciones, órdenes del día limitados a lo esencial. Se forman grupos por afinidades de puntos de vista o por antagonismos. Los pasillos del Palacio de Congresos de Lille, al igual que los de Nouveau Siècle, pasan de estar vacíos a verse invadidos por grupos sentados por el suelo. El momento de descanso para tomar un café resulta más agitado que el debate propiamente dicho.
Avanzamos despacio. La síntesis de esta segunda etapa queda lejos. El cansancio se lee en las caras de los asistentes. Sin duda, los ratos que los congresistas pasan en Lille, ciudad animada, que recorren a paso largo, con la insignia al viento y bajo la lluvia antes y después de los debates tienen mucho que ver. Estamos a jueves: descanso. ¡Uf! Reposo para el espíritu y el cuerpo, paseo y relajación. Los desafíos de la Asamblea quizás aparezcan menos complicados.
Lo prometemos, el viernes volveremos a poner manos a la obra: Para conseguir un mundo mejor, más justo, solidario, plural, en el que se respeten las diferentes culturas y el medio ambiente, seguramente falta un sistema que haga trabajar todos juntos a los ciudadanos. ¡Y pueden estar seguros, cuatro días de asamblea lo han demostrado: no basta simplemente con darse la mano…!


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