La Asamblea mundial hace un llamamiento para establecer un nuevo orden mundial basado en la Paz

En el escenario, el redoble de los tambores, con acento de tam-tams africanos, ha perdido sus ecos militares para convertirse en el instrumento de una solidaridad que reclaman todos los ciudadanos.
Una palabra bastaría para resumir esta primera jornada de la asamblea mundial: "paz". No resulta muy difícil traducirla. De entre los 400 ciudadanos invitados a acudir el domingo al Palacio de Congresos de Lille, no hay uno solo que no lo haya entendido.

Y, sin embargo, ahí está la guerra. Diríamos que de forma casi inevitable, sobre todo, tras los atentados del 11 de septiembre, que han reducido a cero los esfuerzos de acercamiento realizados por innumerables militantes por la paz. "Practicar la guerra siempre resulta más fácil que practicar la paz", ha declarado Michel Rocard, antiguo Primer ministro francés. La solución más fácil es replegarse en sí mismo.
Pero hemos entrado en la sociedad de la mundialización. "Se logrará una organización mundial o nada" afirma el señor Valaskakis, fundador del club de Atenas por una nueva gobernanza mundial. La globalización, añade, de momento es tan solo económica: "El mundo sin fronteras se ha convertido en un mundo sin reglas". "Un mundo sin justicia" añade Brigalia Bam, "sin repartición de las riquezas". En una declaración conjunta Ramu y Calita Randas añaden, "Mientras haya injusticia, el mundo está condenado a la inseguridad".
Todos los " testigos de primera línea " que han acudido a aportar sus testimonios a la asamblea han abogado por una organización mundial. " La patria mundo ", como la llama el filósofo Edgar Morin . " Una Atenas ética y democrática " descrita por Simon Valaskakis. Georges Bertoin, asesor de Jean Monet, sugiere que " debemos hacer surgir de este caos de enfrentamientos una nueva organización mundial, como hicimos surgir a Europa tras varios siglos de guerra ". Y el diplomático Stéphane Hessel insta a las organizaciones mundiales a que creen un nuevo orden y hagan que los Estados admitan " que deben responder a las aspiraciones de sus pueblos, lo cual es, después de todo, por su propio interés ".
Para conseguirlo, es preciso aceptar a los demás : " respetar y superar las diferencias es hoy en día una tarea para toda la humanidad ", afirma la jurista china Zang yang Ling. " Los poderes deben respetar las cualidades de los individuos " añade Brigalia Bam, presidente de la Comisión electoral de Sudáfrica para quien el ideal de paz es indisociable de un ideal de justicia.

La paz es la única elección

Las palabras de algunos actores principales cobran gran sentido. ¿Cómo es posible no oír, en el contexto actual, el mensaje de los supervivientes de Hiroshima, tal como explica el señor Kurohawa, presidente del centro de la Paz : " Los supervivientes de Hiroshima han rechazado la voz de la venganza y se han unido para transmitir el deseo de los ciudadanos de vivir en lo sucesivo en un mundo sin armamento nuclear " ? Las represalias conducen a la guerra y no a la paz. La afirmación de la rusa Valentina Menilkov es igualmente rotunda. "Las madres simplemente no quieren que sus hijos conozcan más la guerra. Ellas solas, en una Rusia desgarrada, han podido hacer que se conozca la voluntad de las mujeres por que prevalezca el respeto de los derechos de las personas ". Pero también hay que tener en cuenta el mensaje del colombiano Francisco de Roux, quien ha visto morir, asesinados, a sus amigos y colaboradores más próximos en su lucha por la paz y la dignidad de los campesinos explotados por los traficantes. " Decidimos defender la paz porque no teníamos otra alternativa ", ha declarado. Defender la paz era, como han afirmado varios militantes aun a riesgo de poner su vida en peligro, " hacer el amor al miedo ". Pero era la única manera de devolver a los hombres una dignidad que llevan en su fuero interno. " Hemos venido a Lille porque necesitamos sentir que no estamos solos y que somos miles los que queremos esta dignidad humana ".