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Número 8 Junio 2001

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"Peace of mind", King Dodge

 


Promover una cultura de paz

El pueblo palestino en busca de la justicia
Rim Natour (Palestina)

Mi madre nació en Ijzem, un pequeño pueblo tranquilo en el corazón de las montañas Al-Karmel, en el norte de la Palestina mandataria1. El 18 de julio de 1948 el ejército israelí violó el armisticio y bombardeó el pueblo desde tierra y aire durante siete días consecutivos. Algunos habitantes huyeron, otros se quedaron. Los que se quedaron fueron expulsados posteriormente por el ejército victorioso. De esta manera empezó, a la edad de 6 años, el largo camino de exilio y éxodo de mi madre. Ni ella ni su familia no han disfrutado del derecho de volver a su domicilio. Dos de sus hermanos huyeron de Palestina a Siria y están enterrados para siempre lejos de su casa. Ijzem, vaciado de sus habitantes, se ha convertido en una colonia judía que lleva el nombre de Kérém Mahrale.

La historia de este pequeño pueblo palestino resume la de Palestina entera. Una tierra conquistada por una colaboración sionista fundada en dos principios: el expansionismo, atribuyéndose el máximo de tierras y el racismo purificador, vaciando el territorio de sus habitantes palestinos originarios. La empresa sionista no ahorra en medios para llevar a cabo su proyecto colonizador: expulsiones, ataques militares, arrasamiento de pueblos y de todo rastro árabe, modificación de la geografía y de los nombres de los lugares, etc. ¡Todo ello en nombre de un derecho histórico divino de 3000 años de antigüedad! Israel, que pretende ser "la única democracia de Oriente Medio", es un estado que se justifica por un derecho divino y se define como un "estado judío". Este estado joven y moderno, en realidad se ha construido sobre las ruinas y la tragedia de un pueblo que no cesa de ser el objetivo del terrorismo estatal israelí.

A pesar de su naturaleza colonizadora, el proyecto sionista y el estado de Israel siempre han estado fuertemente sostenidos por las potencias occidentales. Se han beneficiado de este apoyo vital desde 1917, cuando el ministro británico de asuntos exteriores prometió el apoyo de la Gran Bretaña al establecimiento de un hogar nacional judío en Palestina, hasta nuestros días en que los Estado Unidos otorgan una ayuda anual a Israel cercana a los 5 mil millones de dólares.

Actualmente se calcula que hay 8 millones de palestinos en el mundo. La diáspora palestina se considera que la forman 4,5 millones, de los que 3,6 millones son refugiados (censo de la UNRWA2 de 1999). Algunos son refugiados desde 1948, otros desde la ocupación israelí de la Cisjordania y la banda de Gaza en 1967. Alrededor de 3 millones de palestinos viven en los territorios ocupados en 1967 i cerca de 1 millón en Israel.

Se ha cometido un crimen contra el pueblo palestino

Para este pueblo desgarrado, la "cuestión" palestina es ante todo una cuestión de justicia. Una primera gran injusticia fue cometida contra los palestinos en 1948 y otra en 1967. Ninguna solución a este conflicto, que dura desde hace más de un siglo, puede ser tomada en cuenta si no es una solución justa. Es imposible remontar el tiempo para reencontrar la Palestina de 1948. Actualmente la paz exige concesiones, pero un paz que no sea justa y que no asegure, ni la dignidad ni la seguridad de los palestinos, es una paz imposible.

El punto de partida de una paz justa es el reconocimiento por parte de Israel y de la comunidad internacional de que un crimen ha sido cometido contra el pueblo palestino y la reparación de ésta falta. Esta es una condición primordial para toda reconciliación entre israelíes y palestinos. Además, la paz tan solo es negociable entre iguales y sobre la base de un respeto recíproco. Mientras los israelíes negocien desde la posición del "poderoso" y con una arrogancia menospreciadora hacia los palestinos, la paz no será posible. Este tipo de compromiso histórico exige la buena fe de ambas partes. La lógica del poderoso y de la arrogancia es una lógica de guerra y no de paz.

Reconociendo el estado de Israel, los palestinos han aceptado la partición con los israelíes de la Palestina mandataria. Las negociaciones de paz consisten, pues, en definir un marco justo para esta partición que concediera igualmente a los palestinos el derecho a vivir libremente y con dignidad en su tierra. Este marco garantizará, ante todo, el derecho al retorno de los refugiados palestinos, que son los que más han sufrido del pueblo palestino, y asegurará una soberanía palestina sobre Jerusalén Este, ocupado y anexado en 1967 por Israel en contra del derecho internacional.

Un estado binacional en Palestina mandataria

El único marco que puede asegurar una paz justa y duradera es un estado binacional en la Palestina mandataria, en el que palestinos y judíos, que ya están muy mezclados, compartirán todo el territorio y gozarán de autonomía en la gestión de sus asuntos comunitarios. Se pasaría de una fase de conflicto entorno a centímetros cuadrados, a una fase de cohabitación real entre iguales. De esta manera se superaría el obstáculo psicológico que lleva necesariamente, ya sea a una separación en dos estados, tal y como lo preveían los acuerdos de Oslo, ya sea a un apartheid, como queda patente con los acontecimientos de estos últimos años.

Esta solución supone el abandono de la ideología sionista expansionista y "purificadora" de las tierras árabes. Tan solo será posible retomar la negociaciones si cesan inmediatamente los asaltos salvajes del ejército israelí contra civiles palestinos (400 palestinos muertos y 21000 heridos en seis meses), si se levanta el bloqueo de la Cisjordania y la Banda de Gaza, si se desarma a los colonos judíos, si se detiene la construcción de colonias y si los dirigentes israelíes abandonan su discurso basado en las amenazas y la fuerza. A la comunidad internacional incumbe la responsabilidad de poner término a la impunidad y a la complicidad con la colonización.

Los palestinos han conocido el éxodo, la persecución, las masacres, el hambre y la miseria, pero sobreviven y resisten como lo habría hecho cualquier otro pueblo. Desean, ante todo, vivir en dignidad y en libertad como lo desearía cualquier otro pueblo. Los palestinos buscan la paz y la merecen como la habría merecido cualquier otro pueblo libre.

 


1 La Palestina mandataria es la definida por las fronteras de entre 1917 y 1948, es decir, durante el periodo del mandato británico, después de la caída del imperio turco y antes de la creación del estado de Israel. Actualmente la Palestina mandataria incluye Israel, Cisjordania y Gaza.

2 UNRWA (United Nations Relief and Work Agency), Oficina de Ayuda y de trabajos de las Naciones Unidas para los refugiados de Palestina, creada en 1949.

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