La Asamblea cada dia

12/08/01

- Editorial
- Análisis

 


Asamblea > Medios de comunicación > 08 de diciembre del 2001

Análisis : ¿Un tribunal penal internacional contra la corrupción?

Lo urgente en América Central es luchar contra la corrupción y en favor de la transparencia del sistema. Los nicaragüenses, mexicanos o bolivianos se pusieron rápidamente de acuerdo sobre esta prioridad. La corrupción se comparó con el terrorismo, nada más y nada menos. Este cáncer afecta tanto a las más altas esferas del Estado como a los chiquillos de las favelas. "Aun cuando no se pueda comparar el chiquillo que roba una cartera con los treinta millones de dólares que ha robado el Estado en Colombia, sí existe una relación: el sistema de valores del gobierno, basado en la corrupción, se convierte en el sistema de valores de la calle."
Los africanos se suman a este análisis. "Sabemos a dónde va a parar la ayuda económica, afirma uno de ellos". El taller sugiere que la cancelación de la deuda vaya acompañada de una condición: la repatriación del dinero que los dirigentes han puesto en cuentas extranjeras. "Habría que imponer la obligación de que el dinero se vuelva a invertir en la economía del país".
La idea, a la que varios interventores hicieron referencia, consiste en establecer un tribunal penal internacional, o bien ampliar las competencias del que ya existe en la Haya con objeto de luchar contra la corrupción, los corrompidos y los corruptores.
Esta represión debe ir igualmente acompañada de medidas educativas. Para perseguir y denunciar esta corrupción, actualmente resulta imprescindible que los pueblos tengan acceso a los presupuestos públicos con la mayor transparencia posible. "Queremos obtener el derecho a controlar el dinero público. Hoy en día, cuando el dinero se invierte en un proyecto, nunca se conoce la suma exacta, ni a dónde va el dinero, ni qué cantidad se destina a la burocracia, etc."

" Sin el comercio justo, no hay soluciones para nosotros "

Desde un punto de vista europeo, el comercio ético, la economía solidaria se encuentran en plena progresión. La legislación evoluciona positivamente, principalmente en Francia, donde el nuevo código de los mercados públicos permite -por fin- empezar a tomar en cuenta los criterios sociales de producción. A partir de ahora, los diputados franceses beben café procedente del comercio justo. ¿Pero qué hay exactamente detrás de una taza de café solidario? Zacarías Calatayud es el encargado de una cooperativa boliviana que reagrupa a más de doscientas organizaciones de productores. Tres mil familias intervienen directamente en la producción de café, cacao y objetos artesanales. "Nuestro gran problema es encontrar mercados, explica Zacarías. Somos productores que respetamos el medio ambiente y el ecosistema. En el mercado, el precio que nos ofrecen por nuestro café, por ejemplo, es inferior a los costos de producción. "Una situación difícil que se ha agravado este año con una caída del 50% de la cotización del café." El café que se produce en Bolivia es de calidad superior, y los países europeos importan productos mucho más baratos. El dinero va a parar al bolsillo de los intermediarios." Y Zacarías levanta su taza de café: "pagándonoslo al precio que nos lo pagan, a ustedes debería costarles 20 céntimos, no 7 francos."

Una mutualidad local y solidaria para los aldeanos cameruneses

Sin duda, los fondos locales destinados al fomento de actividad son uno de los medios más simples y eficaces para favorecer la creación de actividad en las comunidades locales. El dinero que los campesinos consiguen ahorrar, más las subvenciones públicas o la ayuda de organizaciones internacionales constituyen un incentivo para potenciar los equipamientos: un pozo, la compra de material o cualquier otra inversión. "Por supuesto, siempre se precisa una ayuda complementaria porque los campesinos no pueden ahorrar todo el dinero necesario", apunta un participante.
El mismo análisis es válido en el caso de la protección social solidaria. Elisabeth Atangana representa a la coordinación nacional de organizaciones campesinas del Camerún y defiende las ideas de las mutualidades locales y solidarias. "En un pueblo, explica, todo el mundo aporta su contribución, y así la mutualidad puede poner un botiquín con material básico a disposición de la comunidad. Ningún particular podría asumir un gasto parecido".
El encargado de gestionar democráticamente la mutualidad es un comité que gestiona el dinero y decide el importe de los reembolsos. Se ayuda a aquellos que tienen gastos relacionados con los cuidados médicos. Al realizar compras colectivas se pueden conseguir medicamentos más baratos o gratuitos a través de "médecins du monde".
Cuando un habitante del poblado cae enfermo y no puede trabajar, la comunidad le ayuda a él y a su familia. En caso de defunción, se participa de manera solidaria en los gastos del funeral.
"El problema, afirma Elisabeth Atangana es que los recursos de la mutualidad se agotan pronto. Los campesinos no tienen dinero para pagar las cotizaciones. Si dos personas caen enfermas al mismo tiempo, resulta difícil afrontar la situación, por ese motivo, es imprescindible que esta clase de mutualidades cuente con la ayuda financiera del Estado o de las ONG". Pero añade: "es una manera de evitar la pobreza. Todos se dan cuenta rápidamente de que la enfermedad es lo que pone en funcionamiento el mecanismo de la pobreza. Quien no quiere contribuir entiende que nadie quiera pagar por él si tiene dificultades".
Se trata de una noción de mutualidad solidaria y local que deberá fomentarse como solución contra la pobreza.


Ultima modficación el