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              oposición a las guerras del siglo XXI, ¿cómo construir la paz entre los pueblos?
 Nota de presentación de la problemática  Un nuevo desafío histórico: enfrentar 
              a los guerreros con las manos desarmadasLa sociedad civil, los pueblos y los ciudadanos que estamos viviendo 
              o sobreviviendo en este comienzo de siglo XXI estamos frente a un 
              desafio histórico: ¿seremos capaces de impedir o detener 
              las guerras que ya están en marcha o se están incubando 
              en distintas regiones del mundo? El siglo XX sufrió dos guerras 
              mundiales. Durante el siglo pasado hubo centenas de guerras y genocidios. 
              El siglo XXI está empezando peor que el pasado. Hoy los pueblos 
              del siglo XXI estamos ante una nueva encrucijada. Enfrentados a 
              la lógica de los guerreros, tenemos que ser capaces de impedir 
              las guerras y asegurar la paz. El desafio que tenemos es no sólo 
              impedir o detener las nuevas guerras y conflictos, sino además 
              tener que hacerlo sin armas. ¿Cómo enfrentar a los 
              guerreros del siglo XXI con las manos desarmadas?
  Nuevas formas de guerras, guerras silenciosas, 
              guerras sociales  El problema no sólo reside en los planes 
              belicitas del gobierno norteamericano o en las acciones armadas 
              de grupos clandestinos. La injusticia y la violencia campean en 
              lo cotidiano, en lo local, al interior de las familias, en los barrios, 
              en las ciudades, en vastas regiones, entre países. No sólo 
              los guerreros “oficiales” o los que aparecen en las 
              noticias provocan la violencia. Esta también está 
              presente tanto en las relaciones cotidianas, como en las redes mafiosas 
              que penetran los barrios, las regiones, países y además 
              se expanden a nivel transcontinental. Las “guerras sociales” 
              provocan más muertes que las guerras entre ejércitos 
              y han puesto a la orden del día los problemas de seguridad 
              ciudadana. ¿Podremos las organizaciones sociales, las redes 
              asociativas, construir una sociedad solidaria y respetuosa de la 
              dignidad de las personas? 
 Las múltiples raíces de las guerras  Las guerras que estamos enfrentando tienen raíces 
              variadas: desigualdades económicas, conflictos sociales, 
              sectarismos religiosos, disputas territoriales, control de recursos 
              básicos como el agua y la tierra. En el fondo, todas son 
              expresión de una crisis de valores, de una dificultad mayor 
              en afirmar el sentido personal y colectivo de nuestras vidas, de 
              las sociedades. ¿Cómo enfrentar esas guerras y conflictos? 
              ¿Será capaz la economía solidaria de contrarrestar 
              al capitalismo neoliberal y asegurar una vida más digna a 
              millones de seres humanos? ¿Lograrán neutralizar las 
              Naciones unidas las ambiciones expansionistas de los nuevos colonos 
              de este siglo? ¿Será capaz la educación a la 
              paz de calmar los espíritus? ¿Será posible 
              que los seres humanos cambien en su interior al mismo tiempo que 
              cambian las estructuras sociales y los sistemas políticos? 
              El Derecho, la Fuerza y la Democracia ¿Es justo constituir una fuerza militar 
              independiente, regida por el derecho internacional, capaz de intervenir 
              en los conflictos que se acumulan? Si la fuerza debe basarse en 
              el Derecho, ¿cómo lograr que ese Derecho sea realmente 
              democrático? ¿Es posible lograrlo a nivel mundial? 
              ¿Es posible un parlamento de los pueblos que legitime la 
              voluntad de las amplias mayorias? ¿Será posible reformar 
              los sistemas políticos, las instituciones de los gobiernos 
              locales, nacionales, internacionales, mundiales para que expresen 
              la voluntad democrática de los pueblos?  
 Las guerras de hoy desencadenarán las 
              guerras de mañana  Los proyectos colonizadores siguen su curso en 
              el siglo XXI. Los gobiernos expansionistas de Israel continúan 
              con sus planes de ocupación y de exterminio del pueblo palestino. 
              Los gobernantes de Estados Unidos de América persisten en 
              imponer a todo el mundo el imperio de su ley, de sus intereses y 
              de su fuerza. Los planes expansionistas de grupos religiosos fundamentalistas 
              siguen activos buscando controlar gobiernos, regiones, medios de 
              comunicación, medios de influencia. Las redes mafiosas también 
              continúan extendiéndose. Las guerras que se están 
              incubando y agravando hoy en el Medio Oriente, en Asia, en Africa, 
              en América Latina y los conflictos larvados que se desarrollan 
              en Europa y en Norteamérica, presagian una época donde 
              no sólo cada rincón del mundo en mayor o menor medida 
              será afectado, sino también donde la humanidad en 
              su conjunto llegará a los límites de su propia existencia.  Economía Solidaria, Democracia, Justicia 
              y Paz  Sin una nueva economía, solidaria, una 
              democracia verdadera no será posible. Recíprocamente, 
              sin una democracia realmente participativa, una nueva economía 
              no es viable. Sin un derecho profundamente democrático no 
              es posible la justicia. Y sin justicia, la paz es una quimera. ¿Cómo lograr al mismo tiempo una 
              economía digna, una democracia abierta, un derecho legítimo, 
              una justicia plena? Cada componente está vinculado con los 
              otros y el conjunto es lo que cuenta. Los desafios que tenemos los pueblos, los ciudadanos, 
              la sociedad civil a comienzos de este siglo XXI son enormes. Sólo 
              si somos millares y millones construyendo caminos pacíficos, 
              podremos enfrentar y desarmar a los guerreros, sean quienes sean, 
              estén donde estén. |