A principios del siglo XXI, el concepto de "formación de líderes" sociales introdujo por un lado, una definición menos restringida del papel de las personas que animan los diferentes movimientos o las organizaciones sociales; y por otro lado, designa un inmenso y complejo proceso de educación y formación para el cambio.
En los movimientos sociales se suele llamar "líderes" de organizaciones que sean sindicales, de campesinos, de barrio, de indígenas, de jóvenes o mujeres, lo que designa a las personas que tienen un poder de asamblea y de dirección de sus miembros afiliados. El uso del concepto se fue alterando a principios del siglo XXI, los movimientos sociales y las ciencias sociales lo usan para designar a las personas, hombres o mujeres, jóvenes o adultos que animan o apoyan la organización de los actores sociales y sus acciones a nivel local, nacional, regional o mundial.
De la misma manera, la expresión "formación de líderes" sociales debe usarse de una manera que no se limite a la formación de los líderes, sino que también designe los procesos complejos de educación y formación para el cambio en que esté incluido el génesis y el desarrollo de agentes de gestión y al mismo tiempo, una enorme variedad de prácticas educativas, también de valores y de conocimientos instrumentales y facultades de varios tipo. En este sentido, se vuelve un elemento cada vez más central en las organizaciones sociales.