El suelo es un recurso raro que se renueva muy lentamente. En su diversidad y por su multifuncionalidad, es uno de los fundamentos más importantes de la vida en la tierra, uno de los mayores factores de los equilibrios de la naturaleza. Se sitúa en el corazón de las problemáticas de desarrollo humano de nuestro tiempo; está particularmente en el centro de las preocupaciones alimentarias y ambientales que conocen el mundo de hoy en día.
A pesar de eso, los suelos siguen siendo utilizados de forma no sostenible por las sociedades humanas. Poco se ha hecho concretamente para atenuar las degradaciones de los suelos o para mejorar la situación de los suelos degradados en el mundo. Los sistemas económicos locales y mundiales son responsables.
Esta situación, que conlleva un riesgo tanto para los sistemas naturales como para los sistemas humanos, se debe en gran parte a la ignorancia en todas las esferas de la sociedad sobre lo que es el suelo y porqué es necesario preservarlo: desde el simple ciudadano al responsable político, con excepción de los medios científicos y técnicos especializados; es por lo que el suelo está aún ausente del debate público sobre los modelos de sociedad.