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Número 5 Abril 2000

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Oasis de la Alianza
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"La Carpa Blanca"
Carlos Galano (Argentina)

Argentina tiene una larga tradición en materia de educación. Desde la sanción en 1884 de la Ley de Educación Obligatoria, universal, gratuita y laica, el proceso de expansión del sistema educativo y el fenómeno de escolarización ha sido una de las políticas claves para el logro de una sociedad con altos niveles culturales y de alfabetización, y un instrumento invalorable para integrar a la muchedumbre de inmigrantes de fines del siglo XIX y principios del XX. Debe sumársele también la huella histórica de la Reforma Universitaria, por el ferviente respeto a la libertad, y la lucha denodada contra todo dogmatismo. Luego de la segunda guerra mundial las políticas de desarrollo industrial encuentran en la expansión y universalización de la escuela primaria y secundaria la dinámica de construcción de una sociedad que legitima y valora el rol de la Educación y de la Escuela Pública.

CTERA, la Confederación de Trabajadores de la Educación de la República Argentina, nació en 1973 de la multiplicidad de gremios de educadores existentes, el mismo día en que es asesinado Salvador Allende y que comienza una de las etapas más dolorosas de la historia reciente de América Latina. La dictadura Argentina significó la desaparicion de 30.000 personas, el asesinato del Secretario General y de otros dirigentes de CTERA, la detencion ilegal de muchos compañeros y la clandestinidad o el exilio de muchos otros.

En 1983 vivimos el regreso de la democracia, y a partir de 1989 comienza un nuevo período caracterizado por la impronta de las políticas neoliberales de ajuste estructural. El gobierno argentino ataca al sistema de Educación Pública, con una política de desfinanciamiento y de desestructuración, con la transferencia del sistema educativo a las provincias y la eliminación de los fondos nacionales para la educación. Comenzaron a haber demoras y rebajas de salarios en muchas provincias. Mientras tanto, las políticas socio-económicas generaban un creciente desempleo estructural.

Financiar el sistema de Educación Pública

El paisaje de la crisis social y educativa era de máxima tensión. Los paros eran cada vez más frecuentes y las amenazas de las autoridades se acentuaban. En marzo de 1997 la Junta Ejecutiva de CTERA y el Plenario de Secretarios Generales se reunieron en Viedma, Patagonia, donde se desplegaba uno de los conflictos más agudos, y resolvieron la instalación de una Carpa frente al Congreso de la Nación donde ayunarían, por turnos rotativos de 25 días, docentes provenientes de todos los confines del territorio argentino exigiendo la sanción de una Ley Nacional de Financiamiento Educativo. Nacía, el 2 de abril de 1997, la Carpa Blanca o Carpa de la Dignidad, como fue bautizada por el pueblo al poco tiempo.

La Carpa Blanca se fue convirtiendo en una metáfora social que contenía y disparaba el imaginario de una sociedad que no se resigna a este proceso de creciente dualización social, de empobrecimiento, de impunidad. La dinámica del conflicto y la profundización de la crisis le otorgaron a la Carpa Blanca un importante nivel de repercusión política. Los ataques e intentos de ciertos grupos de poder de aislarla de la sociedad y debilitar su lucha, se precipitaron en el más ostentoso de los fracasos. Por contrapartida se generó un fenómeno social de protección, solidaridad y ayuda a la Carpa.

Los casi tres años de la Carpa han sido un recorrido marcado por movilizaciones, paros, ayunos en todas las escuelas del país, el florecimiento de Carpas Blancas en todas las plazas del país, carpas que se levantaron como testimonio de solidaridad en varios países de América y Europa. Cientos de jornadas artísticas, culturales, conferencias, conciertos, visitas honorables. La Carpa ha sido una reinvención de la geografía social, a partir de la cual se alzaron voces y acciones de oposición rotunda a la explotación, a la flexibilidad sin límites, a la dependencia de los fondos extorsivos del Banco Mundial. La Carpa estuvo repleta de niños y jóvenes, de docentes y amigos, de cartas, dibujos, poemas flores, abrazos, música, teatro. Una carpa en la que nuestro pueblo formó filas para firmar un petirorrio que reunió más de un millón y medio de firmas exigiendo al Congreso Nacional que dé respuesta a la demanda de los ayunantes.

La Carpa se erigió en un espacio mitológico donde confluyeron todas las luchas, la de las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, la de los jubilados y desocupados, la de las víctimas de la violencia policial, de la corrupción e impunidad. Ha sido visitada por los más reconocidos representantes de la cultura y artistas de las más diversas expresiones del país y del mundo, así como notables expresiones del universo de las ciencias y la investigación. Los más importantes programas periodísticos de radio y televisión transmitieron sus programaciones directamente desde la Carpa.

Ampliar las alianzas sociales en torno a una concepción filosófica, política, democrática, ética y popular

La Carpa ha sido además un vehículo legitimador para avanzar desde CTERA en otras direcciones con el sentido de ampliar las alianzas sociales en torno a una concepción filosófica, política, democrática, ética y popular, destinada a bregar por un modelo de país y de sociedad capaz de promover un desarrollo integrador, justo, sustentable.

Desde esta perspectiva participamos en la Alianza para un Mundo Responsable y Solidario. La visita de varios aliados internacionales, que sintieron el conjuro de la Carpa y el efecto multiplicador que parte de los ayunantes, nos permitió profundizar las alianzas con diversos sectores, muchos de los cuales se integraron a la dinámica surgida desde la Plataforma para un Mundo Responsable y Solidario y participan hoy activamente en la construcción de la Alianza.

Estamos también fuertemente involucrados en la dinámica de la Acción Global de los Pueblos contra el libre comercio y la OMC. Básicamente nos oponemos a la eliminación de las políticas de seguridad alimentaria, a la introducción de la ingeniería genética en los campos y las cocinas de todo el mundo, a que se expandan los acuerdos sobre propiedad intelectual. Postulamos el derecho de los pueblos indígenas a la autonomía territorial y a la defensa de todas sus formas de vida. Consideramos que la tierra, el agua, los bosques, la vida silvestre y acuática, los recursos minerales, no son mercancías sino recursos indispensables para la vida. Que el control de la cultura debe ser arrancado de las manos de las corporaciones y reclamado por las comunidades para sí.

Sabemos que la ciencia y la tecnología no son neutrales ni están exentas de valores, que el contenido de los sistemas educativos actuales esta más y más condicionado a las demandas de producción dictadas por las multinacionales. Cada vez más, aprender se convierte en un proceso que aumenta las desigualdades en las sociedades. Por ello la educación en tanto que herramienta para el cambio social requiere educadores críticos y académicos con capacidad de confrontación y por eso hemos puesto en marcha variados proyectos de investigación, formación y perfeccionamiento.

Y la Carpa fue más que todo esto, como dice nuestra Secretaria General, "...nuestra lucha ha demostrado la falacia del pretendido discurso único del neoliberalismo. La Carpa Blanca ha sido el instrumento que permitió fortalecer las relaciones con la comunidad y la articulación de alianzas con otros sectores y movimientos sociales".

La Carpa Blanca ha sido permeada por toda esta atmósfera y simultáneamente ha permeado el escenario social en Argentina. Mas allá de las luces y sombras de un escenario caracterizado por la insolidaridad, la fragmentación social, el individualismo exacerbado, se levanta en la dramaturgia de los nuevos tiempos un profundo sentido de lo ético, del enrraizamiento moral de las acciones y compromisos. Es sobre ese terreno fértil que se levantó la Carpa Blanca y que hoy, después de 1003 días de ayuno y más de 1500 docentes ayunantes, hemos finalmente alcanzado nuestro objetivo marcando un hecho histórico en las luchas sociales de nuetro país.

Buenos Aires, 30 de diciembre de 1999

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© 2001 Alianza para un mundo responsable, plural y solidario. Todos los derechos reservados. Ultima actualizacion, 23 de abril de 2001.